¡Un sorteo más que estupendo apareció! Últimamente he estado un poco desaparecida del blog porque he estado un poco liada y no he leído mucho tampoco, pero creo que a partir de la semana que viene volveré con las pilas cargadas.
Hoy por hoy, quería deleitar a esos ¡46 SEGUIDORES! -tenía que decirlo, también-; con una entrada dedicada a un sorteo en un blog literario en sus inicios que me gusta bastante. Predican la sencillez, ya se nota en el diseño y así lo ostentan las reseñas, y creo que puede aportar
mucho al panorama actual de la blogosfera.
http://elinventarioliterario.blogspot.com.es/2013/04/sorteo.html
Esa frase anterior ha quedado muy de trabajo para clase. Vosotros quedaos con que sin hacer nada más y nada menos que rellenar un formulario podéis ganar un libro, de gratis, de precio inferior a los 20€ y ofertado en La Casa del Libro.
¡Yo me lanzo a por la jugosa oferta! Espero que os apuntéis muchos, que aun tenéis hasta el 3 de junio -de este año, jojojo-, y además debe haber como mínimo 50 participantes. ¡Solidarizáos con el resto de lectores de poco presupuesto! :P
Besos,
Sawako :3
El Alambique que Destilaba Palabras
jueves, 9 de mayo de 2013
viernes, 19 de abril de 2013
Erase un Viernes... II: El Rey y sus Dos Hijas
Erase un viernes...
Erase un viernes… es una sección original de El Alambique que Destilaba Palabras en que cada viernes os relataré un cuento de esos que leo y yo misma cuento desde la infancia. No presto la sección porque cualquiera puede contar cuentos y el título me lo guardo para mí, pero si os inspiro una entrada me encantaría que me pasarais link.
En la segunda entrada de esta sección querría dejar caer un cuento de Bangladesh que adoro. Como he leído muchos cuentos, no los recuerdo todos; pero este relato tiene diferentes versiones y la india, concretamente, es de las que me sé de memoria -difusamente- y repito siempre. Sin embargo, no es esa la que os escribiré, sino la de mi libro Cuentos de Todos los Colores por J. M. Hernández Ripoll y Aro Sáinz de la Maza en que diferentes inmigrantes en España relatan un cuento de su país -y es un tocho-. Me parece un cuento muy especial, y nos lo cuenta la nativa Jahan Ara Begum.
El Rey y sus Dos Hijas
Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, un lejano país gobernado por el poderoso y bueno rey Omar. Su Majestad Omar tenía dos hijas, a las que adoraba y llegaba a considerar los más valiosos tesoros de su reino, Momotaj y Nurjahan. Ambas eran bellísimas princesas, pero Momotaj era además de una gran cultura y Nurjahan era de corazón afable y naturaleza sincera.
Un día el rey Omar quiso saber si sus hijas le correspondían en su gran amor, y las mandó llamar a la gran sala de palacio. Al ver sus rostros preocupados, pues las recibía en el mismo recinto en que se tomaban las importantes decisiones estatales, el rey Omar se hinchió de cariño y las alivió:
-No temáis, hijas mías. Solo os mandé llamar para haceros una pregunta.
-Querido padre, pregúntanos- dijo Momotaj, la mayor-, Intentaré responder haciendo uso de todos los conocimientos que me inculcaste.
-Padre querido, dinos- sonrió Nurjahan, la menor-. Trataré de contestar sinceramente, como me has educado.
El rey Omar pensó un momento y entonces lanzó la pregunta:
-Dime, Momotaj, ¿cuánto me quieres?
La princesa reflexionó unos minutos, con el ceño fruncido, y entonces -como era muy lista-; recordó que a su padre le chiflaban los dulces y los comía siempre que podía, y respondió:
-Te quiero como a los dulces, padre.
El rey sintió que su amor crecía ante la respuesta de su hija, tan acertada, y sonriéndole preguntó esta vez a Nurjahan:
-Dime, Nurjahan, ¿cuánto me quieres?
Y nada más plantearle su padre la pregunta, Nurjahan dijo lo que le salió del corazón:
-Te quiero como a la sal, padre.
El rey, herido en su amor propio y sorprendido por la respuesta, le increpó:
-¿Cómo dices, Nurjahan?
Y Nurjahan pensó en retractarse, pero decidió ser fiel a lo que pensaba: que la sal era un condimento imprescindible, como su padre para ella, y así lo mantuvo.
-Que te quiero como a la sal, padre.
-¿¡Cómo a la sal!? ¿¡Cómo a esa sustancia insípida que ni a mí, ni a nadie en mi reino, nos gusta!? ¿¡Tal es tu desprecio por tu amado padre!?
Y llevado por la ira y el despecho, rápidamente mandó llamar a sus guardias y les ordenó que abandonaran a su hija en alguna remota región en el bosque más cercano, para que se arreglara allí la vida por siempre. Nurjahan, asustada, no pudo hacer más que dejarse prender.
Nurjahan fue abandonada en un remoto claro en el bosque. Destrozada por la pena, lloraba y lloraba sin cesar, cuando se dio cuenta de que comenzaba a anochecer y no podía hacer otra cosa que sobrevivir. Así que se recompuso como bien pudo y poco a poco, durante los siguientes días, fue encontrando bayas, moras, fresas... y otras frutas silvestres con las que alimentarse; también acondicionó como refugio una cálida cueva, donde con unos helechos se fabricó la cama.
Ya un tiempo después, el príncipe del país vecino cabalgaba con su corte por el bosque cuando pasaron por el claro y vieron un elegante vestido y sus joyas colgando en la boca de la cueva. El príncipe, intrigado, descabalgó y se adentró en la cueva desoyendo los consejos de sus sirvientes; quería saber a quien pertenecían.
Y en cuanto vio a la bellísima princesa Nurjahan tendida durmiendo en la cueva, se quedó prendado de ella. Era la joven más hermosa que había visto nunca; la fijeza de su mirada despertó a la princesa, que un poco asustada al principio, se presentó.
Estuvieron hablando un buen rato y tanto el príncipe como la princesa, que nunca se habían enamorado, notaron un sentimiento que crecía dentro de ellos. Ella le contó su historia porque sentía que podía confiar plenamente en él, pero omitió el hecho de que su padre era el rey y por ende pertenecía a la realeza.
Al día siguiente, el príncipe le confesó que ya la amaba con todo su corazón y le pidió que la acompañara a su reino, donde volvía. La princesa no pudo negarse: le correspondía.
Una vez en el reino del príncipe, que se llamaba Mahamud, los reyes accedieron enseguida a permitir el matrimonio de ambos jóvenes al ver que se amaban tanto. Pasaron los años y Nurjahan y Mahamud, los príncipes, vivieron felizmente y se amaron mucho en aquel país.
Pero un día, resultó que el viejo rey Omar se fue a cazar y se perdió. Paso a paso llegó al bosque y se fue alejando involuntariamente de su reino hasta que, cuando ya estaba muy cansado, avistó el palacio donde vivían Nurjahan y Mahamud y decidió apelar a la hospitalidad del sultán de aquellas tierras.
El rey Shajan, que así se llamaba, enseguida ordenó que se le prepara habitación para unos días y se le ocurrió que siendo tan buena cocinera su nuera Nurjahan; podría pedirle que cocinara para su huésped. Así, llamó a su presencia a la reina y a Nurjahan para que conocieran al invitado; Nurjahan, que sentía cierta intranquilidad, se escondió tras una cortina y al ver quien era aquel rey se limitó a obedecer al rey Shajan y acudir a preparar la cena.
Sabiendo cuánto adoraba su padre el dulce, la princesa Nurjahan preparó una cena en que todo estaba deliciosamente cubierto de azúcar. Tanto el rey Omar como sus anfitriones comieron hasta no poder más porque estaba todo riquísimo, y al día siguiente, Nurjahan cocinó de nuevo.
Y así fue durante tres días. En todas las comidas, Nurjahan confeccionaba los más elaborados dulces y siempre con grandes capas de azúcar. Era delicioso, sí, pero el rey Omar acabó harto de tanto dulce. De hecho, cuando le sacaban la comida sentía náuseas y como no podía decirle aquello a su hospitalario anfitrión, le comunicó al rey Shajan que habría de volver ya. Pero para su desolación, este le contestó:
-¿Acaso me deseáis el mal después de haberos ofrecido cama y comida? Debéis quedaros en mi palacio exactamente siete días y siete noches, o una antigua maldición que durará diez años caerá sobre mí y sobre mis súbditos. ¡Oh, rey Omar, no me ofendáis así!
Y por supuesto el rey Omar hubo de quedarse. Los días siguientes no tocó la comida, fingiendo que ya estaba lleno, y no podía esperar para volver a su reino. Pero en la última noche que pasaría en palacio, la bella Nurjahan cambió el menú. En vez de dulces, preparó un variadísimo banquete en que alternaba diferentes condimentos y platos y así puso la mesa para los importantes comensales.
El rey Shajan y toda su corte no recuerdan comida mejor, pero el rey Omar, que llevaba días sin probar bocado no pudo dejar de saborear cada uno de los platos. Estaba tan agradecido y deleitado que al acabar de festejar, pidió a su anfitrión que le permitiera felicitar personalmente a su nuera, la cocinera.
Nurjahan decidió, esta vez sí, reunirse con su padre; pero en un principio él no la reconoció, y le dijo lo siguiente:
-Si eres tú quien ha cocinado para mí, tengo que darte las gracias. Estaba todo delicioso.
-Gracias, rey Omar.
-Eres una cocinera excelente -y el rey Omar recordó el sin duda mejor de los festines, aquel tan variado que acababa de disfrutar-. Mi apetito no ha podido resistirse a tu talento para combinar los sabores-.
-Padre -inspiró Nurjahan-, todavía os sigo queriendo como a la sal.
La sorpresa atravesó el rostro del rey Omar:
-¿Cómo dices?
La princesa, que ya había perdonado a su padre tras haber entendido él sin darse cuenta la importancia de la sal y por ello había cedido confesando quién era, remató:
-Soy Nurjahan, padre, vuestra hija menor. Y os quiero, como a la sal.
Los ojos del rey Omar, que se había arrepentido mil veces de su irracional decisión y la había echado muchísimo de menos durante aquellos años, se llenaron de lágrimas. Se lanzó sobre su hija menor y se abrazaron con fuerza, y entonces él le dijo:
-Me has enseñado algo muy importante, Nurjahan. La felicidad se encuentra en la capacidad de combinar las pequeñas cosas, en equilibrio, y no en una sola.
Besos,
Sawako :3
Erase un viernes… es una sección original de El Alambique que Destilaba Palabras en que cada viernes os relataré un cuento de esos que leo y yo misma cuento desde la infancia. No presto la sección porque cualquiera puede contar cuentos y el título me lo guardo para mí, pero si os inspiro una entrada me encantaría que me pasarais link.
En la segunda entrada de esta sección querría dejar caer un cuento de Bangladesh que adoro. Como he leído muchos cuentos, no los recuerdo todos; pero este relato tiene diferentes versiones y la india, concretamente, es de las que me sé de memoria -difusamente- y repito siempre. Sin embargo, no es esa la que os escribiré, sino la de mi libro Cuentos de Todos los Colores por J. M. Hernández Ripoll y Aro Sáinz de la Maza en que diferentes inmigrantes en España relatan un cuento de su país -y es un tocho-. Me parece un cuento muy especial, y nos lo cuenta la nativa Jahan Ara Begum.
El Rey y sus Dos Hijas
Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, un lejano país gobernado por el poderoso y bueno rey Omar. Su Majestad Omar tenía dos hijas, a las que adoraba y llegaba a considerar los más valiosos tesoros de su reino, Momotaj y Nurjahan. Ambas eran bellísimas princesas, pero Momotaj era además de una gran cultura y Nurjahan era de corazón afable y naturaleza sincera.
Un día el rey Omar quiso saber si sus hijas le correspondían en su gran amor, y las mandó llamar a la gran sala de palacio. Al ver sus rostros preocupados, pues las recibía en el mismo recinto en que se tomaban las importantes decisiones estatales, el rey Omar se hinchió de cariño y las alivió:
-No temáis, hijas mías. Solo os mandé llamar para haceros una pregunta.
-Querido padre, pregúntanos- dijo Momotaj, la mayor-, Intentaré responder haciendo uso de todos los conocimientos que me inculcaste.
-Padre querido, dinos- sonrió Nurjahan, la menor-. Trataré de contestar sinceramente, como me has educado.
El rey Omar pensó un momento y entonces lanzó la pregunta:
-Dime, Momotaj, ¿cuánto me quieres?
La princesa reflexionó unos minutos, con el ceño fruncido, y entonces -como era muy lista-; recordó que a su padre le chiflaban los dulces y los comía siempre que podía, y respondió:
-Te quiero como a los dulces, padre.
El rey sintió que su amor crecía ante la respuesta de su hija, tan acertada, y sonriéndole preguntó esta vez a Nurjahan:
-Dime, Nurjahan, ¿cuánto me quieres?
Y nada más plantearle su padre la pregunta, Nurjahan dijo lo que le salió del corazón:
-Te quiero como a la sal, padre.
El rey, herido en su amor propio y sorprendido por la respuesta, le increpó:
-¿Cómo dices, Nurjahan?
Y Nurjahan pensó en retractarse, pero decidió ser fiel a lo que pensaba: que la sal era un condimento imprescindible, como su padre para ella, y así lo mantuvo.
-Que te quiero como a la sal, padre.
-¿¡Cómo a la sal!? ¿¡Cómo a esa sustancia insípida que ni a mí, ni a nadie en mi reino, nos gusta!? ¿¡Tal es tu desprecio por tu amado padre!?
Y llevado por la ira y el despecho, rápidamente mandó llamar a sus guardias y les ordenó que abandonaran a su hija en alguna remota región en el bosque más cercano, para que se arreglara allí la vida por siempre. Nurjahan, asustada, no pudo hacer más que dejarse prender.
Nurjahan fue abandonada en un remoto claro en el bosque. Destrozada por la pena, lloraba y lloraba sin cesar, cuando se dio cuenta de que comenzaba a anochecer y no podía hacer otra cosa que sobrevivir. Así que se recompuso como bien pudo y poco a poco, durante los siguientes días, fue encontrando bayas, moras, fresas... y otras frutas silvestres con las que alimentarse; también acondicionó como refugio una cálida cueva, donde con unos helechos se fabricó la cama.
Ya un tiempo después, el príncipe del país vecino cabalgaba con su corte por el bosque cuando pasaron por el claro y vieron un elegante vestido y sus joyas colgando en la boca de la cueva. El príncipe, intrigado, descabalgó y se adentró en la cueva desoyendo los consejos de sus sirvientes; quería saber a quien pertenecían.
Y en cuanto vio a la bellísima princesa Nurjahan tendida durmiendo en la cueva, se quedó prendado de ella. Era la joven más hermosa que había visto nunca; la fijeza de su mirada despertó a la princesa, que un poco asustada al principio, se presentó.
Estuvieron hablando un buen rato y tanto el príncipe como la princesa, que nunca se habían enamorado, notaron un sentimiento que crecía dentro de ellos. Ella le contó su historia porque sentía que podía confiar plenamente en él, pero omitió el hecho de que su padre era el rey y por ende pertenecía a la realeza.
Al día siguiente, el príncipe le confesó que ya la amaba con todo su corazón y le pidió que la acompañara a su reino, donde volvía. La princesa no pudo negarse: le correspondía.
Una vez en el reino del príncipe, que se llamaba Mahamud, los reyes accedieron enseguida a permitir el matrimonio de ambos jóvenes al ver que se amaban tanto. Pasaron los años y Nurjahan y Mahamud, los príncipes, vivieron felizmente y se amaron mucho en aquel país.
Pero un día, resultó que el viejo rey Omar se fue a cazar y se perdió. Paso a paso llegó al bosque y se fue alejando involuntariamente de su reino hasta que, cuando ya estaba muy cansado, avistó el palacio donde vivían Nurjahan y Mahamud y decidió apelar a la hospitalidad del sultán de aquellas tierras.
El rey Shajan, que así se llamaba, enseguida ordenó que se le prepara habitación para unos días y se le ocurrió que siendo tan buena cocinera su nuera Nurjahan; podría pedirle que cocinara para su huésped. Así, llamó a su presencia a la reina y a Nurjahan para que conocieran al invitado; Nurjahan, que sentía cierta intranquilidad, se escondió tras una cortina y al ver quien era aquel rey se limitó a obedecer al rey Shajan y acudir a preparar la cena.
Sabiendo cuánto adoraba su padre el dulce, la princesa Nurjahan preparó una cena en que todo estaba deliciosamente cubierto de azúcar. Tanto el rey Omar como sus anfitriones comieron hasta no poder más porque estaba todo riquísimo, y al día siguiente, Nurjahan cocinó de nuevo.
Y así fue durante tres días. En todas las comidas, Nurjahan confeccionaba los más elaborados dulces y siempre con grandes capas de azúcar. Era delicioso, sí, pero el rey Omar acabó harto de tanto dulce. De hecho, cuando le sacaban la comida sentía náuseas y como no podía decirle aquello a su hospitalario anfitrión, le comunicó al rey Shajan que habría de volver ya. Pero para su desolación, este le contestó:
-¿Acaso me deseáis el mal después de haberos ofrecido cama y comida? Debéis quedaros en mi palacio exactamente siete días y siete noches, o una antigua maldición que durará diez años caerá sobre mí y sobre mis súbditos. ¡Oh, rey Omar, no me ofendáis así!
Y por supuesto el rey Omar hubo de quedarse. Los días siguientes no tocó la comida, fingiendo que ya estaba lleno, y no podía esperar para volver a su reino. Pero en la última noche que pasaría en palacio, la bella Nurjahan cambió el menú. En vez de dulces, preparó un variadísimo banquete en que alternaba diferentes condimentos y platos y así puso la mesa para los importantes comensales.
El rey Shajan y toda su corte no recuerdan comida mejor, pero el rey Omar, que llevaba días sin probar bocado no pudo dejar de saborear cada uno de los platos. Estaba tan agradecido y deleitado que al acabar de festejar, pidió a su anfitrión que le permitiera felicitar personalmente a su nuera, la cocinera.
Nurjahan decidió, esta vez sí, reunirse con su padre; pero en un principio él no la reconoció, y le dijo lo siguiente:
-Si eres tú quien ha cocinado para mí, tengo que darte las gracias. Estaba todo delicioso.
-Gracias, rey Omar.
-Eres una cocinera excelente -y el rey Omar recordó el sin duda mejor de los festines, aquel tan variado que acababa de disfrutar-. Mi apetito no ha podido resistirse a tu talento para combinar los sabores-.
-Padre -inspiró Nurjahan-, todavía os sigo queriendo como a la sal.
La sorpresa atravesó el rostro del rey Omar:
-¿Cómo dices?
La princesa, que ya había perdonado a su padre tras haber entendido él sin darse cuenta la importancia de la sal y por ello había cedido confesando quién era, remató:
-Soy Nurjahan, padre, vuestra hija menor. Y os quiero, como a la sal.
Los ojos del rey Omar, que se había arrepentido mil veces de su irracional decisión y la había echado muchísimo de menos durante aquellos años, se llenaron de lágrimas. Se lanzó sobre su hija menor y se abrazaron con fuerza, y entonces él le dijo:
-Me has enseñado algo muy importante, Nurjahan. La felicidad se encuentra en la capacidad de combinar las pequeñas cosas, en equilibrio, y no en una sola.
Besos,
Sawako :3
viernes, 12 de abril de 2013
Erase un Viernes I
En que os cuento que a mí me gusta muchísimo leer. De hecho, es probablemente una de las cosas que más me gustan en el mundo –y rivaliza con los abrazos y con París, que no es poco-. Pero hay algo muy relacionado que me gusta aún más, que es probablemente, lo que me hace sentir más útil y más me llena de esperanza en el mundo.
Se trata de los cuentos. Me han acompañado desde siempre, tanto como a todos los niños e incluso más porque los he seguido leyendo por mi cuenta, y casi todo lo importante lo he sacado de ahí.
Ahora me gustaría dar un tributo a todos estos cuentos,
porque aunque ya lo haga repitiéndoselos a mi hermana y a cualquiera que me
permita arroparle en los minutos anteriores al sueño, en un rincón tan personal
–y un poco más importante para mí cada día, ahora que lo llevo al día- como mi
Alambique me apetece dedicarles una sección entera.
Erase un viernes… es una sección en que cada viernes os relataré un cuento de esos que leo y yo misma cuento desde la infancia. Aunque le tengo el mismo aprecio –o casi- a La Cenicienta que a los relatos más remotos, como las versiones de Perrault
y compañía ya las conocéis, me centraré en historias de aquí que tengáis menos resabidas
y relatos de allá que es posible que no hubierais oído nunca.
Hoy quería obsequiaros con un cuento canadiense que es de
mis favoritos. Procede de Contes d’Animals de tot el món, por Naomi Adler y
bellamente ilustrado de la mano de Amanda Hall, un libro que de tan destrozado
que lo veo más lo quiero.
En los helados parajes de los confines del mundo, donde las nubes viajan rápidamente y todo es del blanco de la nieve, viven los inuit.
En un poblado inuit vivía un viejo cazador con su única
hija, Sedna. Sedna tenía los ojos rasgados del negro de la medianoche, y así
era también la melena que le caía por la espalda. En invierno, Sedna y su padre
cazaban focas y otros animales, cocinaban la carne, secaban las pieles y
curtían el cuero. En verano, el clima daba un respiro a los inuit y llegaban
soplos de calor, mientras el hielo daba paso a flores de blancos y morados que
cubrían el paraje.
Sedna corría y jugaba esos veranos, pero no con otros niños.
No, Sedna bailaba imitando las acrobacias de las aves y les respondía a sus
píos cantando también, y su mejor amigo era el Rey de todos los pájaros. El Rey
Gaviota era inseparable de la niña inuit.
Pero Sedna creció y llegó a la edad casadera. Diferentes
cazadores la cortejaron, pero a todos los rechazó. Su padre, un día, le dijo
que estaba preocupado porque nadie pudiera cazar para ella cuando él muriera y
que debía casarse ya.
Sedna lloraba junto a la ventana de su iglú, pensando que no
quería casarse nunca. Y es que Sedna estaba enamorada del Rey Gaviota, desde
que se había convertido en una mujer que no amaba como una niña. Pero en ese
momento, el Rey Gaviota sobrevoló el iglú y al verla en su tristeza y
comprender lo que le ocurría, se percató de que él también estaba enamorado de
ella.
Así que el Rey Gaviota echó mano de sus poderes mágicos y se
convirtió en un hombre, que fue a pedir la mano de Sedna a su padre. La
muchacha no cabía en sí de la alegría, y se despidió de su padre para marcharse
a tierras lejanas, de la mano de su Rey Gaviota.
Sedna se embarcó en un cayac donde remó hasta llegar al
lejano reino de las aves, arriba en el cielo. Allí, el Rey Gaviota la esperaba
y le había preparado en su cueva de hielo una cama de mullidas plumas blancas,
y Sedna y su esposo fueron muy felices.
Pero un día, Sedna vio en el océano a dos cazadores que
remaban en un cayac. De pronto, se percató de que estaban cazando y muchas aves
caían a su alrededor; enfurecido, el Rey Gaviota se acercó volando y trató de
impedirles que continuaran. Bajaba en picado y daba vueltas a su alrededor,
rígido, y luego repetía el mismo movimiento sobre la embarcación.
Y entonces sucedió: uno de los cazadores hirió al Rey
Gaviota con su lanza en el pecho. El ave cayó vertiginosamente al mar y Sedna,
deshecha, se las pudo arreglar para embarcarse en un cayac y remar por el mar
hasta dar con su cuerpo.
Al tomar en los brazos a su amado Rey Gaviota, el ave le
dijo: “Para que recobre mis poderes, lánzame a las profundidades del océano;
así estaremos juntos siempre, en otra vida”. Sedna remó y remó acarreando a su
esposo hasta el final del mar, y allí, le besó y lo lanzó al agua.
Entonces, se desató una fuerte tormenta y cayó un
estremecedor rayo. Colores extraños se veían en el mar, y Sedna oyó a las
criaturas marinas agitarse y proclamar: “¡El Rey Gaviota ha muerto! ¡El Rey
Gaviota ha muerto!”. Con ellas gritaron las aves, afligidas, y entonces el
cántico fue: “¡Nos convertimos en criaturas de mar! ¡Nos convertimos en
criaturas de mar!”.
Sedna hubo de alzar la vista y observó, a su alrededor,
miles de criaturas marinas saltando en las aguas. Focas, pulpos, calamares,
tiburones… y el Rey Gaviota, que entre todos ellos, se convertía en una enorme
ballena.
“Sedna, lánzate al agua”, exclamó el Rey Gaviota, y así lo
hizo la joven inuit. Entonces, Sedna se convirtió en la reina de las aguas, la
madre de todas las criaturas marinas. A su lado nadaban la gran ballena y los
demás.
Desde entonces, Sedna reinó sobre los mares junto a su amado
Rey Gaviota. Proclamó las leyes del mar para que las criaturas vivieran en paz,
y los pueblos inuit tan solo podían cazar para comer y vivir, o con sus poderes
mágicos volvería las aguas en su contra. Cuando los cazadores mataban
demasiados animales marinos, Sedna provocaba tormentas que les impedían navegar
para cazar, y el chamán de la tribu debía adentrarse en el mar para que Sedna
calmara las aguas.
Y Sedna y el Rey Gaviota siguieron amándose, en la paz entre el mar y el pueblo inuit.
Besos,
Sawako :3
Besos,
Sawako :3
martes, 9 de abril de 2013
Top Ten Tuesday (VI): Libros favoritos que leí antes de ser bloguera
Top Ten Tuesday es una sección semanal que surgió en el blog The Broke and The Bookish. Dicho blog anuncia semanalmente un tema sobre el cual tendremos que elaborar nuestras listas. Es decir, cada martes deberemos hacer una lista sobre el tema que toque.
Top Ten Tuesday: Libros favoritos que leí antes de ser bloguera
¡Aleluya! ¡Un Top Ten Tuesday fácil! Qué va, si yo adoro
interrogar a Elser calentarme la cabeza con las listas más particulares,
pero este me parece un tema importante :3 –principalmente porque leí todos mis
favoritos antes de ser bloguera-.
Lo que ocurre es que no tengo muy claro cuando empecé a ser
bloguera. Para que me entendáis, antes de abrir mi blog personal colaboraba en
Más Allá de las Palabras y ya reseñaba; pero es que encima, antes de esto tenía
un blog propio con ciertos matices literarios que desafortunadamente ya no
existe. Yo voy a tomar mi experiencia Palabrera como el desflore en este
Blogger literario, es decir, en septiembre de 2010 y a los 12 años.
-El Diario de Ana Frank, Annelies Marie Frank: es mi libro
favorito por encima de todos los que he leído y pueda leer. Entra ¡por los
pelos! en esta lista, dado que lo leí en el verano anterior a ese septiembre.
-Mujercitas, Louisa May Alcott: ¿conocéis la sensación de no
poder leer un libro de toda la vida porque os embarga la melancolía? Si lo
preferís así, sigo llorando a mares como aquella vez que lo leí, a finales de
Primaria creo y tras haberme tragado mil veces la película y haber devorado ya
la continuación la cronología no es lo mío. Mujercitas me enseñó muchísimos
valores, con y sin fe; y me sigue enseñando qué tipo de mujer quiero ser.
-El Nombre del Viento, Patrick Rothfuss: este libro y yo
vivimos en un continuo tira y afloja por saber si está o no en mi lista de oro,
pero creo que los sentimientos tan vivos que me produce y la fuerza de la
escritura y del mismo Kvothe le dan derecho al podio a una novela que leí por
consejo de Hermochi a los 12 recién cumplidos y a la que adoro volver.
-¿Por qué todos me miran la cabeza?, Randa Abdel-Fattah: leí
esta novela en 6º de Primaria y su protagonista de 16 años se convirtió en una
de las mejores amigas de tinta y papel. Yo era desde siempre una niña fascinada
por las diferentes culturas y de cierto feminismo, así que un libro sobre una
adolescente musulmana moderna que tiene el coraje de vestir a tiempo completo
el hijab o pañuelo islámico cumplió mis expectativas… con creces.
-Saga Torres de Mallory, Enid Blyton: la inglesa llegó a mis
manos gracias a mi prima y no pude dejar de pedir libros suyos –pocos no son-.
Pero esta saga es mucho más para mí que un recuerdo, y no está entre mis
favoritas solo porque siempre me hayan conquistado las historias de internados;
Darrell sigue siendo un personaje real y sus amigas, las mismas colegialas con
las que reírme y gastar bromas pesadas a Mam’zelle Dupont.
-Bibliografía de Laura Gallego: indecisa launática
desde que era un retaco, de pocas listas excluiría a esta autora. Y lo cierto
es que no puedo escoger de entre la saga de sagas Memorias de Idhún, joyitas
filosóficas como La Emperatriz de los Etéreos y Dos Velas para El Diablo o el
exotismo de Fenris, el elfo. De hecho, el otro día mareé a mi padre me lancé a
la carretera para comprar a toda pastilla El Libro de los Portales –le debo un
favor a Elena, que me chivó la localización.
-Saga Harry Potter, J.K. Rowling: por algún motivo al que no
encuentro explicación últimamente siempre me olvido de mentar los 7 libros
entre mi crème de la crème literaria, pero al caso, que ya os
imaginaréis que ahí están inamovibles.
¡Y hasta aquí el Top Ten –esta vez sí- Tuesday semanal! Solo
7 elementos porque 7 son y porque es mi primer día de clase y me duermo ;..;
pero la semana que viene intentaré cumplir el requisito. Que el número de TTTs hasta hoy ya abarca más de los dedos de una mano.
Besos,
Sawako :3
jueves, 4 de abril de 2013
Top Ten Thursday (V): Personajes de los que me enamoraría si yo también fuera un personaje ficticio
Top Ten Tuesday es una sección semanal que surgió en el blog The Broke and The Bookish. Dicho blog anuncia semanalmente un tema sobre el cual tendremos que elaborar nuestras listas. Es decir, cada martes deberemos hacer una lista sobre el tema que toque.
Top Ten Thursday: Personajes de los que me enamoraría si yo también fuera un personaje ficticio
Ya lo dice el título, como me mola
-Jack, saga Memorias de Idhún: mi favorito. Jack es un chico
real que me conquistó hace años y nunca ha abandonado mi corazón de lectora. Es
ese personaje que te gustaría abrazar a toda costa mientras toca una balada en
su guitarra descamisado en la habitación y, sin embargo, no lo puedes imaginar al
lado de nadie que no sea Victoria.
-Christian, Memorias de Idhún: no creo que se le pueda
comparar con la anterior figura; es una persona totalmente diferente, un ser
diferente. No soy una de esas tontas fascinadas por la capacidad para matar de
Christian; si estuviera a su nivel, conectar con alguien hasta tal punto sería
mi sueño fangirl, y por eso está en esta lista por algo no he puesto Kirtash.
-Andrés, Trilogía de Getafe I: Algún día, cuando pueda
llevarte a Varsovia: es el inmigrante polaco en la primera novela y favorita de
una trilogía que trata de la vida sin hablar de ella. La vía hacia el corazón y
la evolución de Silvia es Andrés. Tan enigmático como sencillos los amores que
profesa y eso, queridos, es difícil; algún día, espero, me llevará a mí también
a Varsovia.
-Sam, Los lobos de Mercy Falls: si lees a Rilke en una tarde
otoñal al son de la guitarra indie es probable que se te aparezca el chico
lobo. Pero no son sus múltiples detalles los que lo hacen pura nostalgia; es
Sam, Sam, Sam en estado puro. De los que más enamoran, y de los pocos tiernos.
-Fernando, Malena es un nombre de tango: entre
criaturas mitológicas y polacos, Fernando es de mis favoritos. Al libro, pillado
por casualidad, le leí la mitad de un tirón. Pero además, Fernando es ese chulo
sexi por quien Malena se deja arrastrar conscientemente hasta el caos total sin
fingirlo en ningún momento el novio perfecto ni pretender controlar. No digo
que no sea un cabrón; pero es un cabrón reconocido, de verano para follar y
para llorar.
-Jacob Jake, Crepúsculo: de hecho, Stephenie Meyer
escribe bastante bien y si no fuera por la destructiva relación protagonista no
tendría grandes quejas de esta saga. Tampoco sé porqué me justifico; Jake es tan
cálido que se me hace real, y probablemente Luna Nueva sea mi favorito gracias a él.
-Kvothe, Crónicas del Asesino de Reyes: el pelirrojo me ha
planteado un dilema interior. Estamos tan cerca de Kvothe durante los dos
libros publicados que a veces se me hace raro no verle como un desdoble de mí
misma; pero imaginaos que os corteja una persona tan carismática y tan llena de
orgullo. No hay ningún otro personaje igual, y no dudo que rehuirle a la manera
de Denna –pobre Denna- me resultaría más que difícil.
-Alex, Delirium: este es el que menos me ha llegado, pero es
que yo soy muy tiquismiquis :P Sin embargo, sí que recuerdo creerme al
personaje, y tenía un toque tan dulzón como rebelde –y grandes ideas sobre la
literatura- por los que me conquistó…
Y hasta aquí el Top Ten... ¡Thursday!
Besos,
Sawako :3
Y hasta aquí el Top Ten... ¡Thursday!
Besos,
Sawako :3
viernes, 29 de marzo de 2013
Reseña Hija de Humo y Hueso
Hija de Humo y Hueso
Ficha Técnica
Título: Hija de Humo y Hueso
Autora: Laini Taylor
Editorial: Alfaguara
ISBN: 978842041
Precio: 17.50€
Páginas: 467
Sinopsis
Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer. Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de monstruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo? De pronto, empiezan a aparecen marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.
Opinión personal
Hija de Humo y Hueso se nos presenta con una portada que, a mi modo de ver, no le hace justicia. Cuando este libro me tocó en la Blogger Lit Con 2012 esa imagen de un rostro femenino y enmascarado en color llamativo sobre fondo negro, que sin ser nada del otro mundo se encasilla además en el cansino tópico de las portadas de moda, me dieron ganas de cambiárselo a alguien. Por suerte no lo hice, e incluso el título (que no la portada), acabó cobrando sentido y revelándose más que adecuado.
Ficha Técnica
Título: Hija de Humo y Hueso
Autora: Laini Taylor
Editorial: Alfaguara
ISBN: 978842041
Precio: 17.50€
Páginas: 467
Sinopsis
Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer. Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de monstruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo? De pronto, empiezan a aparecen marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.
Opinión personal
Hija de Humo y Hueso se nos presenta con una portada que, a mi modo de ver, no le hace justicia. Cuando este libro me tocó en la Blogger Lit Con 2012 esa imagen de un rostro femenino y enmascarado en color llamativo sobre fondo negro, que sin ser nada del otro mundo se encasilla además en el cansino tópico de las portadas de moda, me dieron ganas de cambiárselo a alguien. Por suerte no lo hice, e incluso el título (que no la portada), acabó cobrando sentido y revelándose más que adecuado.
Y es que este libro me ha sorprendido muy positivamente. No
es solo que yo tuviera bajas expectativas, sino que Laini Taylor deleita a los
lectores con una protagonista fascinante y simpática llamada Karou que se
desenvuelve en el más atrapante de los escenarios: una combinación de la
medieval Praga, recreada con maestría, y el originalísimo mundo de las quimeras
escondidas.
Esta es otra de las grandes cualidades de la trama: una idea
base tan novedosa que derruyó mi convicción de que esta sería otra novelita
paranormal, es más, nada más lejos de ello. Porque a esta magia tan nueva y
poderosa y el misterio de la existencia del negocio de dientes y de la misma
familia de Karou; se les añade la divertida mejor amiga Zuzana, la creatividad
y las tristes comeduras de cabeza de la protagonista, y un toque casual que contrasta
sobremanera con el universo fantástico que se nos irá revelando.
Hasta ahora solo he alabado la novela de Taylor, pero es
porque me he centrado en la primera mitad de esta. ¿Qué logra fastidiar una
historia tan buena, anular a su admirada protagonista y aplastar la prometedora
evolución de su magia?; pues se trata del romance. El ángel y el demonio
podrían dar mucho juego, desarrollándose una hist
oria de amor construida a base de comprensión y de tiempo, pero nada de esto ocurre. Lo único que ocurre es que una pareja sin pies ni cabeza se ve consolidada de un día para otro, perdonados todos los rencores y comprendidas todas las penas, pero no habiendo ningún lazo que una a los dos personajes más allá del pasado (un truco barato para excusar amores platónicos vacíos de verosimilitud); y de la fascinación confundida con destino.
oria de amor construida a base de comprensión y de tiempo, pero nada de esto ocurre. Lo único que ocurre es que una pareja sin pies ni cabeza se ve consolidada de un día para otro, perdonados todos los rencores y comprendidas todas las penas, pero no habiendo ningún lazo que una a los dos personajes más allá del pasado (un truco barato para excusar amores platónicos vacíos de verosimilitud); y de la fascinación confundida con destino.
Estos pasos en falso me aguaron de tal forma la novela que
las hasta entonces curiosas cursivas de Taylor las vi de repente repetitivas, me
pareció que no se había aprovechado al máximo la tan buena idea inicial, y me
costó muchas páginas apreciar los flashbacks como se merecían porque estaba
decepcionada. Y luego incluso el final me supo a poco, porque el misterio de la
identidad de Karou se resolvió mal: ¡previsible, pero al mismo tiempo explicado
de una forma tan confusa que ya no sabía qué me estaban contando!
Lo único que merecía la pena de la mitad a las últimas
páginas era averiguar por fin la razón de la existencia de Brimstone y demás
quimeras; y conocer a Madrigal y su interesante universo, que sí resultaba
propicio para un amor fatal, pues al contrario que el mundo de Karou, despedía
un aire de lejana leyenda.
Y aun así, merece la pena tanto comprar como leer este
libro. Porque Hija de Humo y Hueso puede presumir de una historia mitad
aceptable, mitad imprescindible; a pesar de algunos defectos garrafales,
disfrutar de su gran principio y sumergirse en la Praga llena de secretos de
Taylor no tiene precio. Eso sí, ya va siendo hora de dejar de estropear buenos
proyectos a base de innecesarios tópicos comerciales.
Puntuación
Puntuación final: 8
Besos,
Sawako :3
martes, 26 de marzo de 2013
Top Ten Tuesday (IV): Libros que más recomiendo
Top Ten Tuesday es una sección semanal que surgió en el blog The Broke and The Bookish. Dicho blog anuncia semanalmente un tema sobre el cual tendremos que elaborar nuestras listas. Es decir, cada martes deberemos hacer una lista sobre el tema que toque.
Top Ten Tuesday: Libros que más recomiendo
¡Hola! Espero que no tan tarde como la última vez, aquí
llega el Top Ten Tuesday semanal. El tema de hoy me gusta muchísimo, porque
creo que da para que lo adaptemos a nuestro estilo personal; yo, por ejemplo,
creo que lo más lógico es enfocar estas sugerencias hacia la gente a la que ya de
por sí le gusta (mucho) leer… pero pondré una novela que recomiende a la típica
amiga de romántica juvenil moderna, u otra que solo a alguien muy especial.
-Si No Despierto, Lauren Oliver: probablemente la más
universal de mis recomendaciones. Es un libro del que no me pude despegar en
toda una tarde; seguro que ya habéis oído hablar de él por la blogosfera, y que
por una vez no hay nada que añadir. Libro impactante y necesario, que
recomendaría a cualquier lector para que choque de frente con la realidad y
conozca lo mejor de Lauren Oliver.
-Un Beso en París, Stephanie Perkins: novela divertida y
fresca donde las haya, pero además, muy bonita. Bonita de llegarte y de pensar
en ella, bonita de reírte con Anna y enamorarte no de Étienne sino del día a
día de los dos. Bonita de bonita, ¿quién no disfruta de la bonitez? <3
-Canciones para Paula I: no es el mejor libro que he leído y
sí uno de los más frustrantes y comerciales, pero quería incluir una
recomendación que pueda gustar a todos (incluidos aquellos con quienes no
compartimos mundillo Blogger). Eso no significa que vaya a recomendar basura;
significa que voy a recomendar libros fáciles, pero que me gustaron, como este.
-La Llave del Tiempo, Ana Alonso y Javier Pelegrín: una saga
de poco menos de diez libros que es lo más complejo que he leído –e, incluso fuera de la
fantástica y de lo juvenil, creo que es de lo más complejo que leeré nunca-. Es
buenísima, porque es una de esas obras maestras que simplemente debería
apilarse junto a Harry Potter o los Mundos de Tinta. No se le hace justicia…
así que yo aprovecho para recomendárosla.
-Las Ventajas de ser un Marginado, Stephen Chbosky: ya
vomité suficientes halagos sobre esta novela y también su autor, así que quería
centrarme en el dilema de recomendarlo más que en la filosofía del libro. Es un
libro que por mucho que me llegara es difícil de sugerir; hay que entenderlo y
para ello quizás necesites estar en la situación de Charlie, y no es en
absoluto comercial. Pero creo que lo mejor es recomendarlo casi a ciegas para
ver si lo aman o les sabe a nada en comparación; es un experimento literario,
por así decirlo.
-Cumbres Borrascosas, Emily Brontë: este dramón lo
recomendaría a los amantes de lo clásico. El otro día leí una frase muy buena
que decía que las hermanas Brontë representaban la pasión frente al análisis
psicológico de Jane Austen, y por ello creo que la historia de amores y odios
que me conquistó en los Pirineos <3 enriquecerá mucho a los fans de la
segunda y es fácil que guste a cualquiera dispuesto a dejarse arrastrar por la
fatalidad neblinosa.
-Cartas de una joven enamorada Cartes d’una jove enamorada,
Claire Robertson: no es otra novela para recomendar a lectores fáciles. Es un
libro protagonizado por una chica que me recordó enormemente a mí, por sus
complejos y sus poesías ¡otra referencia a Brontë!; sin ser una novela que creo
vaya a gustar al público masculino, me parece que tiene algo importante tanto
como aseguraros indignada que el quid de la cuestión no es el enamoramiento òwó.
Si la leyerais no esperéis una joya, si eso ya la encontraréis, y os reiréis
mucho desde luego.
-Álex no es nombre de chico, Ángeles Escudero: creo que
estoy aprovechando para dejar caer algunos libros poco conocidos, pero de este
directamente no os sonará nada de nada. Aun pecando de soberbia porque ya sé
que no lo haríais, me permito aconsejaros que no os toméis al pie de la letra
mis recomendaciones. Es un libro raro que leí durante toda una noche, cogido
por casualidad de la biblioteca, porque es una explosión de juventud. Ya ni
adolescencia. No lo esperáis, igual que ni me imaginé yo que llegaría a tenerlo de favorito…
-Los lobos de Mercy Falls I: Temblor, Maggie Stiefvater: démosle un toque algo más inteligible
a esta entrada, ¿no os parece? Pero qué va, por desgastada que esté la mención
y leído y releído que lo tengáis muchos, Temblor no puede faltar. A los
nostálgicos nos da la vida, y a los que aun no habéis encontrado el amor por el
invierno que probablemente se esconda dentro vuestro, os lo descubrirá. Si
tuviera que decir algo más convencional, es fantasía de la buena y romance del
de creérselo.
-El final de la inocencia, Linzi Glass: creo que es la única
autora de ortografía difícil cuya transcripción del nombre no he de revisar en
Google. Si acabo de escribir una justificación tan tonta es porque el suyo es uno de los libros que más me han marcado nunca; no importa que en
mi caso tuviera que ver el leerlo a ciertas edades, es que sé que a cualquiera
le darían escalofríos. Es un libro de dorados y de rabia frustrante por no
poder echarle las culpas a nadie. Para recomendar que me importe, a alguien
por quien arriesgaría.
¡Volvió el TTT -ya os dije aquí http://elalambiquequedestilabapalabras.blogspot.com.es/2013/03/resena-cancion-de-mar-i-sirenas.html porqué me salté el anterior tema *spammeando*-; y esta vez cumplo con el número de 10 opciones establecido!
Besos,
Sawako :3
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